lunes, 11 de febrero de 2013

Mamá, papá...quiero ser diseñador


diseñador

Creo que esa es la frase exacta que hace casi 20 años le dije a mis padres para comentarles la decisión tan trascendental que estaba tomando en mi vida. Y seguramente no les haría mucha gracia porque como todos los padres y gente cercana pensaban que el diseño gráfico no era una carrera, era más bien un hobbie o alternativa para los que no deseaban estudiar demasiado. Mi madre estaba preocupada por si "eso" me daría dinero suficiente para vivir y mi abuela ni siquiera sabía de lo que le estaba hablando. Ni médico, ni abogado ni contable... quiero ser diseñador.

Según Adrian Shaughnessy en su libro "Cómo ser diseñador gráfico sin perder el alma", el diseño gráfico es para "egocéntricos obsesivos". Buscando una definición de diseño gráfico, me quedo con una que leí en el primer libro sobre diseño que pude comprar en mi época de estudiante, un libro de Jorge Frascara llamado "Diseño y Comunicación" de 1994 en el que decía: "diseño gráfico es la acción de concebir, programar, proyectar y realizar comunicaciones visuales". En ese entonces internet, los dispositivos móviles, las aplicaciones y redes sociales no estaban presentes en mi vida, pero creo que la definición sigue teniendo sentido y relaciona al diseño con comunicación y no con el arte.

¿Por qué estudiar diseño? Siempre que me lo preguntan respondo lo mismo: "Por vocación y convicción". Como en casi todas las profesiones es la mejor manera de llegar a ella, hacerlo por ese motivo asegura tener las fuerzas e ilusión necesarias para cumplir objetivos y nunca bajar los brazos. Esto lo he visto corroborado en un estudio que leí hace un par de años donde de entre todos los diseñadores a los que se le hacía la pregunta "¿Fue el diseño gráfico tu primera opción profesional?" más del 77% respondía que SI, evidenciando que era lo que realmente querían ser.

Es una profesión apasionante pero que exige una formación continua para poder estar al día de todos los cambios que se suceden en ella día a día y a pasos muy rápidos. No solo hablamos de tecnología y de programas de diseño que debes dominar, si no de los cambios en los hábitos y formas de comunicación. Internet hizo que muchos pasáramos del diseño gráfico al diseño web e interactivo y las redes sociales han hecho que la forma de buscar empleo y promocionarse también cambiara enormemente. Todo lo que te rodea tiene diseño, desde el periódico que lees por la mañana, las señales de tráfico que ves por las calles, el envase de tu bebida favorita hasta el interface de tu smartphone. Todo requiere diseño y allí está la amplia salida laboral que tiene esta profesión. Decenas de especialidades a las que te puedes dedicar como diseñador y en la que podrás encontrar un medio de vida.

En contrapartida están los millones de diseñadores que como tú quieren vivir de esta profesión y compiten contigo en un mundo globalizado. La competencia está por todos lados y por eso con esa vocación que llevas contigo tienes que lograr ser un profesional competitivo y prepararte para captar clientes que te permitan desarrollarte como tal. ¿Cómo hacerlo? Eso lo dejaremos para próximos posts, la idea de esta primera entrada de mi blog es empezar por el principio, por donde todos llegamos al diseño que es cuando decidimos dedicarnos a ello y hacer de esta profesión tan especial nuestra forma de vida.

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